viernes, 21 de septiembre de 2012

Capitulo 5. Nadie puede cambiar lo que es

Ana.
Llevaba días dándole vueltas al asunto, volver a correr otra vez seria difícil después de lo que paso pero tenia que superarlo ya, no podía quedarme traumatizada de por vida.
Me levante de la cama y me fui a desayunar mientras intentaba recordar que pasó aquel día. Me habían contado que los frenos fallaron y que al tomar una curva me estampe, de lado, contra un árbol. La parte mas dañada fue la del copiloto, murió en el acto, yo por mi parte salí del coche por mi propio pie y, según me cuentan, dos chavales me ayudaron a sentarme en el prado y que se preocuparon porque tenía una pieza de las barras del coche incrustada en la muñeca. Yo no recordaba nada por mi misma, sufría de amnesia traumática. Mi memoria se apagó 2 días antes del accidente y se reanudo tres días después. Los médicos me dijeron que la recuperaría al pasar el tiempo, pero había pasado un año y yo seguía sin recordar lo que paso.
Toni bajo de la cama exultante, se sirvió el café con una sonrisa de oreja a oreja y me beso:
-Hemos creado un monstruo
-Si te hemos dejado correr (dije riéndome)
-No boba, me refiero al coche. ¿Viste como va? Es una maquina, es lo mejor que hemos perfeccionado nunca.
Yo asentí ensimismada todavía en intentar recordar algo más del accidente, me mire la muñeca, en ella había una marca todavía de aquel día, una especie de círculo, que con el tiempo parecía más una quemadura que una herida:
-¿En que piensas?
-En el accidente, intentaba recordar como había sido
-El medico nos dijo…
-El medico dijo que lo recordaría enseguida, si no, no lo volvería a recordar
-No te estreses, es la primera vez que me hablas del accidente desde que paso y aparte, para que quieres recordar eso, ¿no es mejor olvidarlo?
Lo negué con la cabeza, tenia que saber lo que paso para saber si había sido mi culpa o yo no había tenido nada que ver, solo así podría superarlo del todo, me dije a mi misma.
Toni vio que por momentos me afligía más y me abrazo e intento hacerme reír para que se me olvidara el tema.
Hoy no teníamos nada que hacer, el taller estaba cerrado porque era fiesta en Santander y la empresa mas de lo mismo así que dedicaríamos el día a la familia. Así que nada mas desayunar cogimos a los padres de Toni y nos fuimos para casa de mis abuelos donde nos esperaban mis padres, mis abuelos y mis tíos para comer todos juntos.
Cuando llegamos allí estaba Rubén, mi hermano pequeño, sin su novia Mariam, por lo visto esta estaba trabajando en el bar de sus padres. Fui saludando uno por uno hasta llegar al sitio de la mesa que me correspondía. La mesa estaba puesta fuera de la casa y por debajo de mis pies rondaba Bobby, el perro favorito de mi abuela, esperando un trozo de algo. La comida transcurrió normal y corriente, con mi tío intentando emborrachar a mi novio pero por lo demás.
Una vez acabada la comida familiar y después de dar un paseo para bajar la comida nos fuimos pues yo quería coger algo el escort y para ello tendría que darle un par de retoques.
Una vez llegamos a casa me fui directa al garaje y abrí el capo de mi escort, después de mirar lo básico y ver que estaba en perfecto estado llame a Toni, quería pisar un poco el coche y el seria el mas indicado para hacer de copiloto. Le di un blog de notas y me sonrió con gesto divertido. Aquella noche mientras el me leía las notas me di cuenta de que por mucho que quieras cambiar lo que eres eso es algo del todo imposible. Yo era piloto y quería seguir siéndolo hasta que pudiese, no quería perder la sensación de adrenalina, la felicidad al ganar y la rabia al perder, quería ser la misma de antes. Así que para volver a mi yo anterior solo necesitaba pisar el acelerador….y así lo hice. 

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