miércoles, 1 de mayo de 2013

Capítulo 23. Sin compasión

Toni.






Faltaban minutos para comenzar la carrera y yo había decidido cambiar el orden de salida, quería salir cuanto antes para así terminar y marcharme a la furgoneta a analizar la siguiente carrera. Los rivales que nos tocaban esta vez eran 2 porsche 997 gt3, un audi s3 quattro, un honda s2000 y un ford focus rs mk2. Bastante duros de pelar pero no era ninguno rival para mi, no ese día. Conocía la carretera mejor que nadie y el coche estaba puesto a punto a la perfección  por lo que si no cometía fallos, ganaría. A esto se le sumaba el enfado que yo tenia, lo cual me hacía ir aun más rápido que de costumbre, los demás habían hecho muy buenos tiempos, pero yo no había sacado a la luz los míos  Al poco me avisan de que va a empezar todo, así que Juan, Cristian y yo dejamos todo arriba y vamos a salida de la base, Ana e Iván correrían como siempre, descenso. En un rato que fue eterno estábamos abajo, listos para llegar arriba con las ruedas en las lonas, o al menos yo tenía esa idea. Me tocaba salir el primero contra uno de los dos 997, que estaba muy de serie, así que no tendría una gran ventaja en cuanto a maquina, cosa que me daba aún mas confianza de la que ya tenía. Había visto correr ya a este hombre y no parecía desenvolverse como debería hacerlo en trazados parecidos al que teníamos ahora delante nuestro, y eso que los realizaba en subida, lo que en teoría le debería resultar mas fácil debido al balance de su coche, por lo menos mas fácil que una bajada. Por mi parte le había hecho unos cuantos retoques al mazda, pequeñas cosas que hacían del coche cada dia que pasaba una maquina mas y mas efectiva, y yo rendía al doble del nivel al que estaba acostumbrado. Nos avisaron para salir, así que me coloqué paralelo al 997, pero haciendo caso omiso al mismo,  solo estaba centrado en mi, en ganar y en acabar cuanto antes. "¡5 segundos!" y comencé a visualizar la primera curva, mientras aguantaba el coche con el freno de mano. El chico que daba la salida bajó el brazo y solté el embrague de golpe, siendo empujado por toda la fuerza del motor 20B biturbo, y colocándome delante del 6 cilindros que era mi rival, siempre me había gustado el 997 pero ahora tenía que machacarlo. Exprimí las marchas hasta la quinta esperando la primera curva a derechas, reducción a segunda ayudándome del punta-tacón, pasé la curva aprovechando todo el agarre que me proporcionaban las ruedas y el ancho de la carretera, de nuevo aceleré el coche hasta la cuarta marcha para reducir hasta primera y pasar por el cruce que daba paso al asfalto roto y bacheado. El porsche ya debía estar a un par de segundos y eso que no habían pasado mas que dos curvas. El cruce enlazaba con una curva de izquierdas muy larga en la que pude meter dos marchas más, para de nuevo reducir a segunda y encarar otra curva, esta mas cerrada y corta pero de nuevo hacia la izquierda. Ante mi se mostraba una larga recta con enlazadas muy suaves de vez en cuando, las cuales pasaba prácticamente sin doblar la dirección y sin apenas soltar gas.



Cuando se acababa la recta pegué un frenazo que puso a prueba tanto discos y pastillas como las ruedas, para encarar una curva de derechas en segunda. Otra vez salí de ella sin mas apuros y administrando la aceleración, para llegar a una sucesión de curvas rápidas en las que las suspensiones trabajaron de maravilla. Seguí pasando por mas curvas de segunda y tercera que despachaba sin mayor complicación  ya no veía al 997 por el retrovisor, y para cuando quise darme cuenta, ya estaba reduciendo a primera para pasar la ultima curva, una horquilla muy cerrada, que no me moleste ni en pasarla derrapando. Crucé la meta a toda velocidad y cuando paré fui a ver los cronos. "¡Has batido el récord y por mucho!" me gritaba Javi desde lejos. Con la misma, me di la vuelta, tiré los guantes dentro del mazda y me volví a la furgoneta satisfecho con mi trabajo. No quise ver a nadie, esa noche era solo para mi y nada mas, quería disfrutar del calor nocturno mientras escuchaba los boxer de 6 cilindros retorcerse por la montaña, luchando por superar al 4 cilindros de bmw o al motor dohc vtec del nsx. Todo esto me ayudaba a transportarme a épocas pasadas, cuando correr y ser el mas rápido era tan solo un sueño inalcanzable, y me imaginaba como seria todo esto mientras corría en el simulador contra otras personas, siempre me ganaban, pero la vida real es otra historia, en un juego cualquiera puede echarle valor, cuando estas ahí la cosa cambia y mucho. Recuerdo aquella época con un poco de nostalgia, pero tampoco es que la eche de menos, es decir, ahora compito en lo que me gusta, no se me da mal, tengo un buen trabajo de lo que me gusta, y un garaje envidiable a punto de ser ampliado. Solo tenia un pequeño problema en el ámbito amoroso, pero nada que no tuviera solución. Fueron sucediéndose las carreras y cada una era una nueva victoria. Cristian amaestró al audi como si se tratase de un perro, Juan voló con el bmw dejando en ridículo al 997, Iván se desmarcó del focus y este ultimo no le volvió a ver, y Ana hizo que el otro 997 mordiera el polvo literalmente, pues tuvo una pequeña salida de pista. Todo había salido como pensaba y teníamos que centrarnos en la ultima carrera de esta zona, la que nos daría el paso a Madrid si ganábamos tan solo 2 veces. Me encontraba viendo fotos y vídeos antiguos en el ordenador cuando alguien golpeó la puerta de la furgoneta.

- Pasa, esta abierto
- Soy yo, quiero hablar contigo
- Vale

 Así que Ana entró y se sentó a mi lado

- Verás, quiero pedirte perdón por lo de estos dias.
 - Me has dejado prácticamente solo, asi que no se que te esperabas.
 - Ya lo se, quiero disculparme y todo eso, cuando volvamos, pasare a recoger todo de casa de mis abuelos       y volveré a casa.
- Pues veras, lo veo un poco dificil. He convertido tu cuarto en una sala de recreativos...
- ¿Y tu te crees que yo me lo creo?
- Si cuela cuela.

 Y me quiso pegar un manotazo pero yo lo esquivaba mientras ne reía. Las cosas volvían a su normalidad de una vez, y después de dormir un puñado de horas, emprendimos el viaje de vuelta comentando nuestras carreras y técnicas usadas. Nos esperaban unas semanas de descanso, semanas que emplearíamos en transformar la semiderruida casa de nuestros vecinos en la ampliación del garaje que necesitábamos  Había mandado que la demolieran mientras estábamos fuera, así que solo quedaría ir echando cemento, además de demolerla, ya habían hecho las columnas y el techo, lo cual nos ahorraba mucho trabajo. En los ratos muertos fuimos haciendo el suelo y las paredes, ademas de encargar unas cuantas cosas para hacer algo curioso el garaje. Resultado después de 2 semanas y 6 días, un garaje de 120m2, con dos elevadores, 4 plazas, herramientas de sobra, y un pequeño foso. Había quedado bastante bien, y de momento seria el hogar del alpine, el stratos, el evo y el escort. Por otro lado cada día había mas y mas trabajo en el taller, y como la empresa en la que trabajaba Cristian había cerrado, Javi se decidió a contratarlo para ayudar con los transportes y entregas de piezas y coches. Cada vez teníamos mas clientes y mas fama, lo cual era bueno pero levantaba muchas ampollas en otros lugares, que nos hacían publicidad negativa, pero muy poca gente le hacia caso a esas tonterías  En este descanso aprovechamos bastante el tiempo libre que tuvimos, yendo a muchos sitios, disfrutando de los nuevos juguetes de 4 ruedas, o simplemente viendo la tele y jugando con el ordenador hasta quedarnos fritos, dependiendo del día  También hubo que hacer muchas visitas a la familia y ayudar a Cristian y Tania con lo del niño. Fueron unos días relativamente relajados en los que hicimos un montón de cosas pero también nos dio tiempo a hablar sobre el tema de las carreras ilegales. Al final, Ana llegó a la conclusión de que era una perdida de tiempo y que solo servirían para crear problemas. Yo sabía que le había costado tomar la decisión y por eso siempre decía que si lo conseguíamos, en el futuro cercano estaríamos corriendo de verdad, como siempre habíamos soñado. Yo ya estaba pensando pedirle a Pietro una plaza en el campeonato mundial de resistencia, puesto que para el mundial de rallyes ya era muy mayor y me costaría varios años coger el ritmo. Ana no quería decir nada sobre que haría o que no haría, así que lo mejor era dejarla tranquila y que pensase con calma todo. Quedaba una semana para la carrera y el nerviosismo se palpaba en ambiente, nos dedicamos mucho a reglar los coches, corríamos en Asturias, y el terreno era familiar asi que no habría problemas. Los coches estaban siendo revisados cada dia, y nosotros nos preparábamos estudiando el mapa del trazado e imaginándonos como seria, ademas de creando estrategias y hablando sobre las posibles zonas de adelantamiento. Si lográbamos ganar tan solo 2 carreras estaríamos en la final a 3 bandas, lo cual seria un gran reto para todos, y tampoco sabíamos muy bien como encauzarlo. De todas maneras lo que nos quedaba pendiente era esta próxima carrera en Asturias, la cual se planteaba difícil  con un opel corsa B preparado al máximo para correr contra Iván, un mx5 para Juan, un impreza wrx 2010 para Cristian y un 350z y 370z para Ana y para mi. Seria una buena prueba de cara a la final, si lográbamos llegar, pero no iba a ser nada fácil. Los días siguientes no podía coger el sueño con la facilidad de siempre, y me quedaba dando vueltas en la cama, mirando al techo o como dormía Ana, pero lo de la última noche fue insomnio puro y duro.


No era capaz de dormirme de ninguna de las maneras, por lo que, con mucho cuidado, me vestí y fui al garaje a por el stratos. me acomodé en su backet poco a poco mientras me imaginaba los años de historia que habian pasado por esa matricula, TO-N5434, 7 participaciones en el mundial del 79, un abandono, un tercer puesto, dos segundos, y tres primeros, no tenia un mal palmarés, para nada. Los saqué del garaje haciendo el mínimo ruido posible y puse rumbo al tramo por el que se desarrollaba el antiguo rallysprint Arce-Camargo, que estaba a escasos 15 minutos. Al llegar el coche ya había calentado y pude disfrutar como un crió de sus cualidades. Ligero como una pluma, con 220cv justo detrás de mi asiento, para apenas 900kg de peso, ágil como un kart y violento como una pelea de bar en las antiguas pelis del oeste, me hizo sentir nuevas emociones y experiencias, gracias a su nerviosa trasera y su gran equilibrio, literalmente volabas a ras de suelo, sentado a escasos 20 cm de éste, aquél coche estaba hecho para correr, no había dudas. Después de divertirme un poco y liberar presiones, disfruté de la noche, de la música, (sonaba odd look de kavinsky) y de como mi habitáculo se iluminaba brevemente por las farolas situadas a los lados de la carretera. Cuando volví a casa se acabaron mis problemas, dormí del tirón y volví a recuperar mi ritmo, desde luego conducir era un remedio que solo unos pocos sabíamos aprovechar, los locos del asfalto nos llamaban. Locos puede, pero no dependíamos de que un equipo, una droga, o un boleto de lotería nos trajera la felicidad, sino que con nuestros coches, modestos o verdaderas maquinas, sabíamos divertirnos, sabíamos escapar de la realidad, sabíamos emocionarnos, pero sobre todo, sabíamos ser felices.