viernes, 21 de septiembre de 2012

Capitulo 3. Probando el coche



Ana.


Estaba como un niño pequeño con su nuevo juguete y la verdad no era para menos, hasta a mi se me caía la baba al ver semejante coche. En cuando pudo le llevo al garaje de casa y espero impaciente a que hubiese otra carrera para estrenar el imponente Mazda, yo mientras tanto me dedicaba a cambiar alguna pieza del evo que se había quedado obsoleta. Justo una semana después de que el Mazda llegara, Javi llamo a Toni para decirle que había una carrera en Llueva, la subida al alto de la cruz. Que yo recordara solo había corrido allí una vez y no tenia muy claro del todo el trazado pero Toni ya se había sacado un mapa del trazado y quería ir a reconocer el terreno.

El mas grave de los problemas que tenemos en el tema de las carreras ilegales es que no se puede preparar con mucha antelación las carreras para que nadie se vaya de la lengua, por tanto solo teníamos dos días para reconocer el lugar. Yo ayude en la medida de lo posible buscando en mi viejo baúl las notas de esa carrera y dándoselas a Toni para que se podría guiar por ellas pero sin duda era necesario ir y ver como estaba la carretera. Fuimos a Llueva cuando ya estaba anocheciendo, para asegurarnos de que si pisábamos un poco el coche no pondríamos en peligro a nadie. El trazado estaba más bacheado y algunas piedras se habían derrumbado de la pared de la montaña y ahora se hallaban muy cerca de la carretera:

-Apunta todas las piedras que hay, tú te pegas mucho a los bordes y no quiero que destroces este coche antes de tiempo jaja.
-Tranquila no pienso hacerle ni un rallón al coche, y ¿desde cuando me pego yo a los bordes?, señorita “me cargo un 206 tirándole por un terraplén”  
-Ahora te ríes mucho pero cuando me paso no te reías
-Cuando comprobé que estabas bien me partí en tu cara

El muy cabron no paraba de reírse y de chincharme, recordándome una y otra vez mi pequeño incidente con el primer coche tuve.
Tras dar varias vueltas le pedí que me dejara probar el coche y aunque le costó soltar las llaves cedió a regañadientes. Me senté, me coloque el arnés y arranque, rápidamente sentí como rugía el motor y como me temblaban las manos puestas sobre el volante. Aquello era un autentico coche de carreras, lo mas potente y lo mejor preparado que había tenido entre manos. La conducción era maravillosa, el sonido era atronador, y la sensación de velocidad era algo maravilloso. Hacia mucho que no pisaba un coche de verdad y realmente disfrute cuando cogí el Mazda, sentí la necesidad repentina de volver a lo de antes, de correr, de adrenalina, pero no podía, no podía después de lo que había pasado. Apague el motor y Toni me miro a la espera de que piropeara a su coche, lo hice, pero no por que él lo esperara si no porque realmente era un coche que lo merecía.

Era muy tarde cuando llegamos a casa pero puse la tele un rato, a esa hora daban programas del tipo callejeros y me gustaba reírme con la fauna que poblaba esos programas. Cuando encendí la tele me encontré con otra cosa, un programa en el que se recordaba la muerte de mi copiloto. Me quede petrificada, no podía ni moverme y note como se me desencajaba el gesto, una sensación de angustia me recorrió, no podía recordar nada de lo ocurrido ese día ni el siguiente si quiera.  Toni apago la tele y tiro el mando sobre el sofá y se levanto:

-Vale ya no, basta de torturarte así de esa manera, se mato si pero no fue tu culpa fue un fallo mecánico del coche. Él era piloto de rallys sabia perfectamente lo que hacia y los riesgos. Joder, fue un puto accidente, le podía a ver pasado a cualquiera. Estoy harto.
Empecé a llorar y me levante, estaba llena de rabia contra mi misma por aquel accidente y con Toni por decirme la verdad, cogí las llaves del evo y me fui directa al garaje, no comprendía porque no entendía mi sentimiento de culpa pero rápidamente comprendí que había cargado durante un año con una cruz muy pesada y que había dejado una de las cosas que mas me gustaban en el mundo por el accidente.
 Cuando llegue y abrí el coche, me agarro y me puso entre el y el coche para que no pudiera largarme:
-Joder lo siento, soy muy burro a veces

No dije nada, no podía, sabia que tenia razón. Al ver que no reaccionaba me abrazo y me beso, me acaricio y me quito las llaves del coche para asegurarse de que no iba a ningún sitio y me arrastro hasta la cama. Las lagrimas no paraban de caer, no quería llorar pero ya no podía parar, no tenia expresión alguna y creo que eso le asusto mas que si hubiera puesto cualquier cara de enfado. Apago las luces de la habitación y se metió a la cama, se apretujo contra mí y me dijo al oído que lo sentía y me volvió a besar otra vez.
Pensé en que habría sido mejor no despertarme por la mañana, el pobre se sentía tan culpable que me había traído el desayuno a la cama y yo me sentía culpable por hacerle sentirse mal sabiendo que tenía razón. Después de remolonear en la cama y de que el comprobara que estaba de humor, nos hicimos carantoñas y nos pedimos perdón mutuamente y decidí no mediar palabra sobre el tema.

Llego la hora de irse y nos vestimos a toda pastilla y bajamos al garaje. Hoy iríamos con el padre de Toni a una exhibición de tierra de coches, nos llevaría Toni con su Ford Escort Cosworth. Al entrar al garaje me percate de algo de lo que ya había dando cuenta la noche anterior. El Ford en que había sufrido el horrible accidente que me había llevado a dejar de correr no estaba en el garaje. A Toni le había costado mucho restaurarle, yo ni si quiera quise tocarle una vez restaurado, era una desagradecida pero pensaba que estaba, algo así, como maldito:
-Y ¿mi Ford?
-Esta en uno de los garajes privados de Javi. Pensé que tenerle aquí no era lo mejor para ti y que aparte el moverá algo el coche, aquí se iba a podrir.
Tenía razón, yo no tacaba el coche y  aunque Toni le daba de vez en cuando un par de vueltas no podía dedicarle tiempo a un coche que nadie iba a utilizar. De repente sentí como si quisiera volver a tener ese coche y sentir como temblaba el volante, como rugía, como se agarraba al asfalto  y como subía, ese coche era una maquina inigualable, quizás la sensación al conducir el Mazda me había vuelto a despertar las ganas de correr. Siempre había querido tener ese Ford desde la primera vez que le vi en un rally, y una vez le tuve, por el pasado le deje tirado en un garaje:

-El lunes iré a pedirle mi coche a Javi
Toni me miro extrañado pero a la vez sonrió. Sabía que eso podría significar un gran cambio.  
Cogió su coche y fuimos a buscar a su padre y nos fuimos a la exhibición. Nuestros padres sabían lo que hacíamos perfectamente, no era tan fácil engañarles como al resto de la gente, por lo menos nos apoyaban y se interesaban por el tema. El padre de Toni quiso probar el Mazda en cuanto se entero de la compra de este, pero todavía no había tenido la ocasión, así que después de la exhibición iríamos a probarle con el y mañana ya seria la carrera.
Antes de empezar la exhibición yo me fui a comprarme un helado enorme de crocante y deje a los chicos hablando de coches como no, pensé. Cuando volví los dos querían robarme el helado. Y así transcurrió el día, tranquilo, apacible y riéndonos con algunos de los personajes que estaba viendo la exhibición, estaban desde el mítico borracho cariñoso hasta el mítico flipado de la vida que quedo mal después  de meterse de todo.

Al terminar nos fuimos a casa ha enseñarle y a dejarle el coche al padre de Toni. Yo les seguía con el evo, les rugía y amenaza con pasar de vez en cuando, pero sabia que si se lo propondrían me dejarían atrás en menos de lo que podría imaginar. Toni practico un poco y nos fuimos a llevar a casa a su padre para irnos a dar una vuelta por el paseo marítimo de Santander y mas tarde volver a casa echando una mini carrera, eso si dentro de los limites de lo legal. Una vez hubimos llegado y metido en la cama Toni se puso a fumar, cosa que solo hacia cuando estaba nervioso:
-¿Qué. Nervioso?
-Con ganas, quiero poner a esa preciosidad del garaje al límite
-Chss preciosidad, yo soy mas guapa
-Ya lo se, eres preciosa
Me dio un beso en la frente, apago el cigarro y se tumbo a mi lado. Mañana seria un día largo e intenso.

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