viernes, 21 de septiembre de 2012

Capitulo 2. El día a día


Ana.

Me despertó la luz del sol y el sonido del móvil de Toni que atendió la llamada rápida y veloz y al colgar me agito el brazo:
-Gane la carrera de ayer, era Javi. En la próxima carrera me darán el premio y el dinero
Se le veía contento y recordé por un instante lo que se sentía al ganar una carrera, esa sensación de adrenalina que te recorría el cuerpo, pero rápidamente lo aparte de mi mente.
Hoy tocaba ir al taller. Yo me pondría en el despacho a organizarle a Javi todo el papeleo, era lo más desorganizado que había visto, mientras Toni arreglaría el bmw m6 que ayer estaba poniendo a punto Javi. A Toni le encantaba cacharrear en cualquier tipo de coche, a mí también pero si no me ocupaba yo de organizar el papeleo nadie podría entrar al despacho sin ser soterrado por una avalancha de hojas de papel. Al llegar al taller allí estaba Javi ejerciendo de viejo verde con lo que parecía una joven ricachona que estaba sentada encima de un mini negro y rosa. Yo ni si quiera me pare a saludar y me metí al despacho quería acabar cuanto antes y meterle mano a algún coche.
A la hora de comer Toni estaba cubierto de grasa y con el buzo medio bajado por el calor, he de reconocer que le quedaba muy bien el buzo, estaba atractivo y yo ya estaba teniendo pensamientos impuros y en el trabajo por tanto me centre en los coches y principalmente en el mini rosa y negro de la niña pija. Al abrir el capo me di cuenta de que eso no era un mini normal y corriente, estaba modificado hasta la saciedad, no tenía una sola pieza de serie. Inspeccione el coche de arriba abajo, incluso por dentro y al cerrarle entre las corrientes de aire que había en el taller y que no media mucho mi fuerza el coche dio un portazo y dentro del mismo sonó como si algo se hubiera caído. Con el miedo a haber roto algo lo abrí y descubrir que las puertas tenían doble fondo, sin duda era un coche para la droga o algo del estilo, no quise hacer mas preguntas, ninguno estábamos libres de pecado, coloque el panel en su sitio y fui a ver que estaba haciendo Toni. Antes de poder llegar a donde estaba una señora se me cruzo delante y empezó a decirme que si no me acordaba de ella, que me conocía desde pequeña, la mire y me acorde, era una de las vecinas de mis padres y mía hasta que me mude. Empezó ha hablar de manera atropellada diciendo que menuda suerte habíamos tenido mi  novio y yo y que casa tan grande teníamos, que todo el mundo decía que teníamos muchas empresas y muchas inversiones de dinero etc, no la saque de su error, prefería que todo el mundo pensara eso antes de que se preguntaran porque teníamos coches de carreras que con todas las reformas que tenían echas costarían mas que una casa y también se preguntarian quien los pagaba , así que la pregunte por sus nietos, la di dos besos y se dio medio vuelta y se fue.
La verdad es que mucha gente a nuestro alrededor nos considera un ejemplo a seguir, ambos dos tenemos una carrera, él es abogado y yo tengo la carrera de historia aunque ninguno ejerza nada de lo que estudio. Él tiene 26 años y yo 25 y ya tenemos casa propia, una empresa y trabajamos en el taller de reparaciones de lujo de Javi, nuestro manager. Sin duda nuestro ascenso era meteórico. Lo primero con lo que ganamos dinero fue cuando a Toni una revista de coches le hizo un contrato para que les hiciera algunas fotos de rally. No era mucho lo que ganaba pero lo guardaba, mas tarde yo empecé a correr y hay vinieron cantidades abundantes de dinero eso si dinero negro.  Rápidamente el dinero fue aumentando y aumentando y así para cuando deje de correr hace un año ya tenia una suma considerable de dinero,  todo eso sumado al trabajo de Toni en el taller de reparaciones y probando algún coche para los selectos clientes de Javi, que también tenia varios concesionarios, y a alguna apuesta ilegal que había hecho a mi favor hicieron que pudiéramos comprarnos una casa en el barrio bien, por así decirlo , de nuestro pueblo, convertirnos en socios junto con otro accionista de una pequeña empresa del mundo del motor que estaba empezando y en los ratos libres trabajar con Javi. Respecto al tema coches quien se encargaba de comprar y darnos dinero para arreglarlos y mejorarlos era Javi, que se quedaba con una parte de las ganancias, aunque le sobraba el dinero para regalarlo si le daba la gana.
La gente sabia que el dinero no salía de debajo de las piedras y por eso se habían inventado que teníamos no se cuantas empresas y que trabajamos muchísimo y muy duro pero lo cierto es que no trabajábamos todos los días en el taller, y a la empresa íbamos una vez por semana. Vamos que llevábamos una vida relajada, si no fuera por el hecho de que alguno de los dos arriesgaba su vida para correr.
Salí de mi ensimismamiento cuando vino Toni y me mancho toda de aceite, eche a correr  y me persiguió y como dos niños estábamos corriendo por el taller y todos los trabajadores riéndose pues ya nos conocían bastante bien. Siempre que podía me picaba, le encantaba verme entre enfadada y descojonada y la voz aguda que ponía.
Después de la agotada jornada de trabajo decidimos ir a cenar con nuestros amigos, Tania y Cristian. Nos reímos, nos pusimos cebollones en el Macdonald y fuimos a tomar unas copas.
A la vuelta a casa Toni me comento que mañana había rally y que podíamos ir con su padre y que habría que salir a las 10, dije que si encantada y seguimos comentando los sucesos del día, se partía cuando le contaba el asalto que me había echo mi vecina. La música, el sonido del motor del coche y las luces de la ciudad formaban una situación perfecta, que me tranquilizaba y que a Toni le encantaba.
 Y así transcurría un día normal en nuestras vidas, nos gustaba en lo que trabajábamos y teníamos tiempo para dedicarnos a otras cosas, y también para dedicarnos el uno al otro. Vamos que no podíamos quejarnos de la vida que llevábamos, teníamos una vida de lujo. 

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