lunes, 22 de abril de 2013

Capitulo 21. El comienzo de las emociones

Toni.


Ya era el día de la carrera, nos despertamos en A Pobra do Brollón, pueblo cercano a la carretera en la que se desarrollaría la carrera, serían las 11 de la mañana y me había costado lo mio convencer a Ana de correr. Al parecer Galicia era territorio bmw, ya que los 3 coches "fuertes" eran 3 bmw E92, para Ana, para Juan y para mí, mientras que a Cristian le tocó uno de sus hermanos mayores, un evo V, y a Iván un saxo vts muy quemado, que no supondría el mínimo problema. Conforme mas pasaban las horas mas tensión había, nos tiramos toda la tarde dando paseos por el tramo hasta convencernos de que todo estaba bien, y sobre las 9 cenamos y comenzamos a comprobar los coches. Era una noche muy calurosa, de finales de abril, y habíamos cuidado mucho las refrigeraciones por si acaso, penalizando un poco en la aceleración  pero no queríamos dejar nada al azar. Yo subí con Iván y Cristian, y no paraba de das vueltas de un lado para otro, así que no me quiero imaginar como estarían abajo. Primero salió Iván, y desde la salida consiguió una buena ventaja que logró ampliar y administrar a un ritmo bastante relajado para el, conservando mecánica  a los 3 minutos mas o menos de salir, nos comunican que cruza la meta primero y sin problemas. Ahora tocaba que Juan cumpliese contra el primer e92, pero no le seria fácil  Los diferentes controles nos comunicaban que el e92 seguía delante, hasta que en las últimas curvas logró zafarse y sacarle un poco de distancia, lo justo para derrotar con claridad a su rival. Era el turno de Cristian y su lucha contra el Evo, él parecía estar nervioso pero estaba seguro de lo que hacía, así que le deje concentrarse para poder derrotar al evo V, el cual parecía tener un enorme problema de subviraje, así que nos basaríamos en hacerle trabajar en ese aspecto si la cosa se ponía difícil. Teníamos a la gente ya situada en los puntos de control y lista para la carrera, así que los evo se posicionaron en la linea de salida, iba a ser todo una incógnita hasta el primer punto, mientras, Cristian agarraba el volante con todas sus fuerzas. "¡YA!", y los dos se lanzaron cuesta abajo, situándose Cristian detrás del Evo, en una posición bastante conservadora, su plan era no forzar mucho en los primeros metros, y luego atacar para poner a su rival en una situación forzosa. Cuando pasaron por el primer control, ya estaba metiendo presión, y desde el segundo escuchaba que el evo V ya tenia problemas para defenderse, apoyándose demasiado en las ruedas delanteras. El plan seguía en marcha y parecía funcionar, puesto que con todo lo que abarcaba a ver el chico del control 2, solo veía al evo sufriendo. Quedaban dos controles mas, llegaba el momento y Cristian no se lo pensó ni lo mas mínimo, cogiéndole la trasera a su rival, y metiéndose por el interior de la curva, lo que unido a los problemas de subviraje del rival, le hizo ponerse en primera plaza. Quedaba la última zona, pero el corredor del evo había tirado la toalla, así que Cristian llegó el primero, 3 de 3.





Ahora era el turno de Ana, contra otro de los e92. El contratiempo que teníamos es que nos habían cambiado el orden, y le tocaba subir a ella y bajar a mi. Yo estaba esperando que diesen la salida a su carrera ya desde dentro del mazda, era una especie de cúpula aislante aquel coche, y yo tenía que empezar a concentrarme de una vez. Dieron la salida de la carrera y Ana se puso delante, no quería dejar nada al azar y quería machacar desde el principio, pero por lo que escuchaba, el bmw no se quería despegar de ella. No me preocupaba en exceso porque sabia que no estaba dándolo todo, no al menos hasta el primer control, eso es lo que acordamos. Desde el primer control aun se escuchaba calma, pero los coches estaban a punto de llegar, y escuchaba entre motores que seguían muy pegados. A partir de aquí era la carrera de verdad, así que empecé a escuchar con mas atención. Desde el control 2 aún no los veían, pero para cuando entraron en su campo de visión  Ana cada vez sacaba mas y mas distancia al bmw, mientras nadie se lo explicaba. Nadie menos yo. Respiré aliviado. Corría una tarde de hace aproximadamente unos tres años, cuando descubrí lo que yo llamo, "El efecto Ana". Esto era el nombre que le habia dado a la capacidad que tenia, cuando estaba concentrada, de entrar mas rápido y salir mas rápido que su perseguidor en las curvas que ella quería. Con todo el mundo le funcionaba, excepto conmigo. Al parecer, yo tenía lo que ella relataba como "Pie de Toni". Es decir, mientras ella se centraba mas en la trazada y en acelerar lo mas pronto posible, yo me centraba en ejecutar mejor la frenada y salir administrando el gas lo mejor posible para no patinar y aprovechar toda la potencia posible. Dos estilos distintos para un mismo resultado. Para cuando llegaron al tercer control, la ventaja ya era de unos 7 segundos, por lo que Ana ya tenía la carrera en el bolsillo. Al rato pasaron por el ultimo control y la distancia era aun mayor, así que me posicioné mirando a la meta para verla llegar. Unos segundos después  allí estaba, cruzando la meta en primer lugar. Ya era oficial la victoria de nuestro equipo y solo quedaba mi carrera. Ahora ya corríamos con mas medidas de seguridad que antes, así que hubo que decir adiós a la manga corta y la cabeza libre, ahora tocaba enfundarse el mono y ponerse el casco. Aquello me hacía sudar como un cerdo, pero era necesario. Me puse en la linea esperando al bmw, que parecía mas fiero que los otros dos. No me preocupaba, confiaba en las posibilidades del mazda y todos los nervios habían desaparecido. Ahora me tocaba a mi, y quería acabar con 5 de 5, aunque me dejase las uñas clavadas en el volante. El bmw paró a mi lado y comenzó la cuenta atrás. "¡10!", mientras, yo, fijaba ni visión en la primera curva. "¡5, 4 ,3 ,2!" Comencé a soltar el embrague "¡1, ya!" y salí hundiendo el pie en el acelerador, metiendo marchas como si se acabara el mundo. Dejé al bmw coger la delantera en la primera curva, le quería confiado. Pasamos por allí a unos 140 km/h, mientras encarábamos la recta mas larga del trazado. Para cuando me quise dar cuenta ya rozábamos los 220 km/h, pero se acercaban unas enlazadas lentas, clavé frenos mientras el bmw luchaba por mantenerse estable. Era demasiado torpe para ese tipo de carretera y se notaba, mi mazda era mas versátil y ahí residía su punto fuerte. Reducción a segunda y pasamos las enlazadas aprovechando toda la anchura del trazado mientras luchaba por no chocar contra su trasera. Esto no podía seguir así mucho más, me pegué a su rebufo y decidí lanzarme a por el en la siguiente curva. Me dejé ver por fuera, y cuando fué a proteger esa zona, cambié la dirección y me colé por dentro. Era un movimiento arriesgado, frenando mas tarde que él, pero funcionó a la perfección  Su bmw se desestabilizó y tuvo que luchar para no salirse, mientras que yo conseguía unos valiosos segundos gracias a su error. Seguía exprimiendo el motor del mazda mientras se sucedían las curvas rapidas, en las que entraba aprovechando la suspensión nueva, y de vez en cuando alguna curva de primera o segunda, pero todo iba fenomenal, mientras que el bmw continuaba haciendo gala de su torpeza. Crucé la meta sin despeinarme, y se acabó, primer obstáculo superado. Estuvimos celebrándolo y nos fuimos a la cama, ya que al dia siguiente tocaba volver a casa.




Después de ganar aquella carrera en Galicia y superar con creces las expectativas del jefe, estábamos mucho mas contentos que si  hubiésemos ganado el campeonato, al menos yo estaba flotando en las nubes. También el taller iba genial, y nos habíamos abierto al público extranjero, con lo que se había internacionalizado y estaba ganando mucha fama. Esto supuso que le tuviésemos que dedicar mas horas al taller y menos a nuestros coches, pero estábamos contentos, ya que todo iba sobre raíles para todos, incluso me estaba planteando el comprar otro coche de calle aunque me diese pena deshacerme del escort, así que estaba intentando convencer a Ana de dejarle.

- Venga Ana, si luego te gusta el que me compre no vas a poner pegas.
- Que no, he dicho, cinco coches son muchos, y no van a entrar en el garaje.
- Pues nada, compramos la casa en ruinas de al lado y hacemos un garaje.
Esto último no iba en serio pero...
- Anda, una buena idea, total, tengo ahorrado mucho dinero y me sobra para pagarla. Hasta puede que me compre yo otro también

Pues nada, ahora íbamos a tener otro garaje con dos nuevos coches, así de repente, esta mujer nunca dejaría de sorprenderme. Yo ya había estado buscando mi nuevo coche, que de nuevo mas bien poco, ya que aunque aún había buenos coches, nada tenía el encanto de lo antiguo. Estuve buscando y rebuscando uno poco rodado, y me costó pero al final lo encontré; Colección privada, Lancia Stratos Grupo 4, 45.200 km, mucho tiempo parado pero cuidado, se arranca todos los días  La única pega era ir a andorra a por el, pero bueno, me puse en contacto con su dueño y me dijo que me pasase a verlo antes de nada, y en parte tenía razón, prefería ver su estado antes de decir nada. Después de unas cinco horas de viaje en el escort, y con la espalda destrozada debido a tener backets y no asientos cómodos, llegamos al pueblo de andorra donde vivía aquel amable señor que me iba a vender su stratos. Decidimos dar una vuelta por el pueblo, a mediados de marzo aún nevado, y asi parar a comer algo y poder estirar un poco las piernas. Paramos a desayunar en un bar bastante acogedor, lleno de fotos de rallyes de todas las épocas, desde los años 60 hasta hoy en dia. Pedimos café y cola cao con algo de bollería y de paso pregunté al dueño un poco por su afición.

 - Veo que te gustan los rallyes.
- Si, de pequeño solía ir a ver a mi padre correr y cuando fui creciendo le hacía junto a su equipo la asistencia, hasta que me tocó a mi correr.
- Bonita historia, desde luego tuviste suerte con tu padre, ¿como se llamaba?
- Alen 
Casi escupí el café y después de un rato de toser mientras Ana no entendía mi ataque, acerté a decir:
 - ¿Así que estoy hablando con uno de los hijos del legendario Marku Alen?
- Efectivamente
- Un honor para mi, fue un ídolo de mi juventud estando ya retirado, y le pude ver en directo hace unos años ya siendo mayorcito. ¿Cómo es que estáis por aqui?
- A mi padre siempre le ha gustado mucho este lugar, asi que combinamos Andorra y Finlandia  además, gracias a saber italiano nos fue fácil aprender español, ya que aquí de francés ya poco.
 - Vaya, pues es una curiosa historia.
 - Una última cosa, ¿no seréis vosotros dos los que vienen a por el Lancia?
 - Pues si, ¿Por qué lo pregunta?
 - Dadme un minuto

 Se dió la vuelta y cogió el teléfono, aun de rueda, al poco dijo algo en finés, y colgó, volviendo hacia nuestra mesa. - Esperad un poco y prestad oído. A los 30 segundos mas o menos se empezó a escuchar el sonido de un coche clásico, muy potente, cada vez mas cerca. Mientras se iba acercando lo tenía mas y mas claro, aquel era el Dino V6 que montaba tan famoso Lancia. Antes de que llegase, salí a la puerta a verlo con mis propios ojos. Allí estaba, Blanco rojo y negro, con su decoración pirelli y las pegatinas aun sin quitar del Rally RAC de Gran Bretaña de 1978. Una joya guardada todos estos años como oro en paño.



Al llegar, se bajó del coche la leyenda, era Markku Alen en persona. Más tarde me explicó que el pseudónimo "Marcos" del anuncio le puso para no crear revuelo en internet. Nos pasamos la mañana hablando de rallyes, anécdotas, coches en general, y de todo un poco, nos invitaron a comer e incluso nos ofrecieron su casa para dormir y no tener que hacer otras 5 horas de viaje en el mismo dia. Por la tarde estuvimos probando el coche y funcionaba a la perfección, con lo que fuimos a cambiar los papeles y le hice entrega del dinero. Después de una gran cena con su familia, dormimos unas pocas horas y volvimos a casa saliendo de alli a las 5 de la mañana. Era domingo y no había nadie por la carretera, tan sólo Ana con el Escort y yo en el Stratos, el sonido del motor cosworth en conjunto con el dino V6 rodando por la autovía era música para los oídos, sin embargo, donde más bonito se tornaba su sonido era en las zonas de aceleraciones y reducciones, ya fuese un tramo o fuese en plena ciudad, reducir con punta tacón y escuchar como petardeaba a la vez que se calmaba el rugido era canto de sirenas. Antes de llegar a Castro, Ana cogió un desvío por Saltacaballos, y yo la seguí sin saber muy bien que estaba haciendo, hasta que vi un remolque con un Renault Alpine A110 listo para salir.



 Así que esto era lo que hacia cuando yo buscaba el stratos, un Alpine azul, cuidado al detalle. El dueño estaba alli, los papeles a nombre de Ana y la transferencia la hizo ella antes de salir, así que le atornillamos una bola al escort y nos fuimos a casa. Una vez llegamos, descargamos el remolque y después de desayunar y hacer un rato el vago, fuimos a lucir los coches a una concentración de clásicos que había en el pueblo, no participábamos pero la gente casi se quedaba mas con los nuestros que con algunos que si lo hicieron. Al dia siguiente los llevamos a trabajar y todo el mundo nos preguntaba por ellos, casi sin dejarnos trabajar, asi que Javi tenia que hacer las veces de guardaespaldas. Después de comer, fuimos a enseñar los coches a todo el mundo, y pareció gustarles a todos, aunque mas de uno tuvo problemas al subirse al mio, estando a tan poca altura del suelo. Ya por la noche, quedamos con Cristian y Tania para ir a cenar, y luego a dar una vuelta por donde cuadrase, tan improvisado, que acabamos en Liencres a las 2 de la mañana haciendo una minicarrera en el aparcamiento. Al día siguiente despertamos con una llamada de Javi, próximo destino, Pamplona.

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