Toni.
Después de un día tenso, estábamos en la cima de Cabarga. Habíamos pasado prácticamente 3 dias en los que Ana había estado poniendo a punto su coche, mientras que yo me centre mas en confiar en la puesta a puto que ya había hecho la noche que pasé con Cristian, Ivan y Juan, y en recordar todos los detalles del recorrido. Habían sido unos dias bastante difíciles, ya que mas por el temor de correr contra tu novio/a creo que teníamos miedo de no estar a la altura aunque sabíamos perfectamente que si. La carrera seria de persecución empezando la cuesta abajo con Ana persiguiendo y luego la subida conmigo persiguiendo. Ambos nos metimos en el coche, y nos ajustamos los cinturones. Mientras vislumbraba la bajada se pasaron mil pensamientos por mi cabeza para acto seguido dejar mi mente en blanco, procedimiento que repetía en cada una de las salidas. Nos daban la salida, 10 segundos, agarre el volante con fuerza, engrane primera y sujete la fiera con el freno de mano, 5 segundos, mi corazón cerca de las 200 pulsaciones, 3, 2, 1... Y salgo, exprimiendo todo lo que da el coche en sus primeras marchas.
Los primeros y los ultimos compases de la bajada eran probablemente los favorables a mi coche y tenia que aprovechar eso, ya que en curvas rápidas y rectas mi coche saldría ganando, pero en las lentas la ventaja era suya, asi que tendría que exprimir al máximo. Después de pasar las 2 primeras curvas a derechas sin apenas reducir, tomo las siguientes soltando algo de gas pero aprovechando toda la trazada. Ya estaba sudando chorretones y no habíamos si quiera pasado 1/4 del trazado. Quedaba la ultima recta grande antes de la zona de curvas lentas, asi que hundí el pie en el acelerador, para hundirlo seguidamente en el freno. Quizá con demasiado énfasis, ya que sin querer bloquee las ruedas durante un pequeño lapso de tiempo. "mierda mierda" me repetía para mis adentros, mientras seguía trazando las siguientes curvas en una sucesion de 2º marcha a 3º, de 3º a 1º, de 1º a 4º, mientras que por un lado el guardarail y por el otro la pared de roca se veían borrosas. Por fin llegábamos a las 3 horquillas, las cuales pasé sin mayores dificultades y manteniendo a Ana a raya mediante el derrape para no dejar huecos. Solo unas curvas mas y llegaríamos a las 2 ultimas rectonas, procure exprimir a fondo los frenos del coche y por fin encare la primera recta. Logré distanciarme para tener un poco de aire, y pasé mas relajado las ultimas curvas a izquierdas, encare la ultima recta haciendo lo mismo, y entre en la ultima curva también bastante relajado sabiendo que había conseguido mantenerme delante. Esto iba a ser mas difícil de lo que pensaba.
Tocaba la subida y perseguir. Eso ciertamente me ponía aun mas nervioso que ser perseguido y no se el por que. Salimos sin dejar mucha goma en el asfalto y me di cuenta de que podía aprovecharme de mis rpm extra, ademas de que tenia mas potencia para desarrollar. Pese a eso Ana se mantuvo delante durante las dos rectas grandes, y siguió delante aunque sin distanciarse en la zona de curvas, en cuanto me acercaba un poco en las frenadas, ella se distanciaba en las salidas y asi durante toda la subida. El menor peso de su coche parecía que aplacaba la diferencia de potencia incluso en subida. Pro mas que yo ponía todo mi potencial en juego ella hacia lo mismo y no eramos capaces de ganarle la partida al otro. Ultima curva y estábamos en la cima. Repostamos, y volvimos a bajar, con idéntico resultado, también a subir y las cosas seguían igual. Estuvimos asi durante 4 rondas mas, sin ningún resultado obvio. Entonces decidimos parar a repostar de nuevo, descansar y a cambiar neumaticos, y entonces se me ocurrió una idea.
- ¿Y si hacemos una carrera estándar, y el que gane ganó?
- Lo veo bien, asi no vamos a decidir nada en toda la noche.
Una bajada mas, quien llegue primero gana. En ese momento la concentración y la tensión eran máximas. Nos pusimos en paralelo, y nos dieron la salida. Salí poniéndome delante, quería asegurarme desde el principio, pero Ana también y me adelantó en la primera curva, "Empieza el juego, sin piedad" pensaba. Así que pisé a fondo y me pegue al culo de su coche, trazando pro donde trazaba, frenando donde frenaba, quería ponerla nerviosa y que cometiese un error. Pero al poco me di cuenta de que de esa manera no conseguiría nada, con lo que que decidí pasar al ataque, y antes de la primera curva lenta, que era hacia la izquierda, había una rápida a la derecha, si bien la trazada ideal hubiese sido entrar abierto y salir pegado a la derecha para encarar bien la siguiente, yo hice todo lo contrario, lo cual descolocó a Ana, que dejó un hueco libre, y yo aproveche para meterme y ganarle la posición Trate de seguir aguantando en las siguientes curvas, hasta que llegamos a las horquillas. Alli en la primera derrapé para no dejarle sitio, pero en la segunda, Ana había desaparecido, desconcertado, bajé el ritmo y vi como una mancha blanca me adelantaba. Se había colocado en el punto muerto de mis retrovisores y yo había perdido la concentración. Una tecnica muy buena.
Ahora ella volvía a estar delante, y parecía imposible ganarle la posición, salimos de la zona de las curvas rápidas y encaramos las rectas finales. No conseguir pasarla en la curva que enlazaba esas dos rectas y solo quedaba una para el final. Entonces se me ocurrió la idea mas arriesgada posible. Empecé a absorber su rebufo y conseguí ponerme a su lado, teniendo el interior para mi, todo se decidiría en la frenada, ella frenó, y yo lo hice justo después lanzando el morro hacia el lado contrario de la curva para rectificarlo con el freno de mano, técnica conocida como el scandiavian flick. Pero no lo tenia todo bien calculado, y perdí mas tracción de la cuenta, así que cuando salí de la curva vi que Ana comenzaba a rebasarme y justo cuando estaba a punto, cruzamos la meta como rayos. Ninguno podía creerse ese resultado un empate limpio, al 100%. A mi se me dibujó una sonrisa en la cara que no se me quitó en toda la noche, y Cuando fui al coche de Ana, vi que estaba llorando, pero no de tristeza precisamente. Hasta aquí todo había sido un cumulo de emociones que había descargado justo al cruzar esa linea de meta, en la que nos dimos cuenta que jamas había nada similar, era imposible físicamente estar tan igualados, pero en el fondo era así. Un empate indiscutible, como no se había visto en años. Desde luego que fue una experiencia inolvidable, y que siempre tuvimos presente. Eso sin contar que aquella noche batimos el récord de la bajada. Después de armar un buen barullo en la cima, volvimos a casa y dormimos como niños pequeños.
Al dia siguiente fuimos a hablar con Javi sobre el tema del "campeonato", eso si, habiéndonos previamente felicitado por la carrera. Nos desveló que la categoria tan misteriosa estaba reservada a coches 4x4. Ya sabíamos lo que habia que hacer, y Cristian eligió su coche, un Evo III que ya habíamos preparado hace mucho y estaba cogiendo polvo en el taller. Le revisamos a fondo y le limpiamos, en incluso pulimos su carroceria, de un color negro que intimidaba.
Desde luego aquella aventura prometía...
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